El temor creciente entre las comunidades migrantes en Estados Unidos ante posibles deportaciones ha comenzado a reflejarse en una disminución en el flujo de remesas enviadas a México, una de las principales fuentes de ingresos para miles de familias mexicanas.
Según recientes informes de instituciones financieras y organismos internacionales, el volumen de dinero enviado desde EE.UU. hacia México registró una baja en los primeros meses del año. Analistas atribuyen este descenso al ambiente de incertidumbre que prevalece entre los migrantes, muchos de los cuales han optado por ahorrar en lugar de enviar dinero, ante el riesgo de ser detenidos o deportados.
La intensificación de las políticas migratorias y los operativos de control han generado una atmósfera de inseguridad, provocando que numerosos trabajadores mexicanos en EE.UU. restrinjan sus gastos y remesas, temiendo quedar desprotegidos en caso de una repatriación forzada.
Economistas advierten que una caída prolongada en las remesas podría impactar gravemente en regiones mexicanas altamente dependientes de estos recursos, afectando el consumo interno y la estabilidad de miles de hogares.
Por su parte, organizaciones de defensa de los derechos de los migrantes han solicitado al Gobierno estadounidense que reduzca las acciones de deportación masiva y ofrezca mayores garantías de protección, no solo en beneficio de las familias migrantes, sino también para evitar efectos económicos adversos en América Latina.
Leave a Reply